SALVAR EL GRAN LAGO

Si el Nilo es un don de Dios para Egipto el gran lago lo es para Nicaragua y debemos preservarlo sobre todo como lo que es: un inmenso reservorio de agua potable que según todas las proyecciones de futuro se convertiran en elemento más importante inclusive comercialmente superando al petróleo que tiene ya los días (años) contados. Para los antiguos griegos el agua era el elemento esencial de la vida porque sin ella no hay vida y en su admirable Canto al Sol San Francisco de Asís llama al agua humilde porque se arrastra por el suelo (humus), casta porque nos lava limpia y purifica, útil por demás y preciosa, o sea que tiene precio o no lo tiene por su excesivo valor ahora que empezamos a hablar de futura escasez. Más que fuente de energía y de navegación el gran lago hay que verlo así no de otra manera: fuente de vida para plantas y animales incluidos los hombres que hemos sido favorecidos con semejante regalo de Dios que hay que preservar a toda costa.

PACTOS

El único pacto realmente vigente en Nicaragua es el de Obando y Ortega a través de Roberto Rivas quienes juntos los tres forman ese triángulo de hierro que ahoga a la nación.

¿QUIÉN MANDA EN CUBA?

Algo raro está sucediendo en la isla. Fidel dice una cosa y días después se desdice según algunos obligado por el partido que no quiere perder su posición y prebenda. La verdad es que de hecho el gobierno está despidiendo a nada menos que medio millón de trabajadores del Estado para que busquen ganarse la vida. ¿Vuelta al capitalismo? Eso parece pues ¿cómo van a vivir esa gente aunque sea con pequeños negocios sino por su cuenta? Habrá que esperar.

UNICA SOLUCIÓN

La única solución posible y plausible a la vez para evitar el caos en Nicaragua es que Daniel Ortega desista de una vez por todas de sus descabelladas y peligrosas peticiones re-electoreras que nos pueden conducir a la ruina total. No hay otra solución PUNTO.

GOLPE DE ESTADO

Últimamente se ha está hablando irresponsablemente de golpe de Estado lo que es fisicamente posible pero políticamente totalmente improbable por la simple razón de que el Ejército no puede autodestruirse constitucionalmente apoyando una aventura sin futuro pero improbable sin embargo porque sólo actuaría en circunstancias extremas de anarquía fuera de control para salvar a la nación de la ruina total.