UN DOBLE APLAUSO A LAS GRANERAS

UN DOBLE APLAUSO A LAS GRANERAS

Bien merecido estas dos mujeres del mismo apellido Violeta y Aminta que lograron que parecía casi imposible: que se besen -como dice el salmo- la justicia y la paz. La una desde la Sociedad Civil con el mismo nombre de aquella otra mujer que trajera la paz a Nicaragua en circunstancias tan difíciles de 1990 y la otra al frente de una institución que ha sido fuertemente cuestionada y criticada por la ciudadanía por su débil actuación ante los atropellos de grupos cercanos al poder. Lo más importante de esa marcha es que se probó que en Nicaragua es posible la paz sobre todo si el gobierno cumple con su deber –como en este caso- fomentando la paz no la guerra como ha venido haciendo hasta ahora. Y como primera medida inmediata y perentoria sería la de suprimir totalmente como lo manda la ley el uso de morteros que no entiendo por qué todavía lo permite la policía. Es un arma potencialmente mortífera y por lo tanto muy peligrosa para usar en manifestaciones políticas tan volátiles en nuestro ambiente. A estas dos mujeres habría que añadir una larga lista de otras mujeres que están haciendo posible la paz en Nicaragua, nombres como los de: Vilma, Sofia, Leonor, Vidaluz, y tantas y tantas otras.