¿Hacia a dónde va Perú?

El gran escritor peruano Mario Vargas Llosa está pesimista, tal vez por despecho, sobre el futuro de su país. Pero yo no creo que haya motivos para alarmarse, aunque uno nunca sabe. Y la razón por la que digo esto es por aquel sabio proverbio que dice que no hay loco que coma fuego ni borracho que coma sus propias heces. ¿Qué quiero decir con esto? Que siempre, sobre todo en política, se impone la realidad de manera que si vivo en un país tropical tengo que adaptarme al calor y si en un país nórdico al frío. Dicho esto, examinemos lo más objetivamente posible la situación del Perú. Perú es un país grande, uno de los más grandes y en pleno desarrollo económico y pretende jugar como dicen en las Grandes Ligas junto a otros países de su tamaño y poder como Colombia y Chile; sólo acepta como superiores a Argentina, y a éste de reojo, y plenamente sin temor alguno a su vecino Brasil, con el que, mantendrá magníficas relaciones y escogerá como modelo según ha declarado el mismo Humala. Incluso ya estarán pensando –lo que es obvio- en formar un gran bloque dominante de la zona media andino-amazónica de América del Sur. Y a pesar de sus legítimas inclinaciones izquierdistas e indigenistas, un peruano que se respete no se supeditará a Venezuela a la que ve de menos aún desde el tiempo de Bolívar, al que consideraban un pretencioso dandy caribeño. Y mucho menos de Ecuador, al que ven como apéndice, y ya no digamos Bolivia a la que ven con desprecio. Y esta es la realidad aunque nos faltarán los saludos y abrazos de camaradas ideológicos y se firmarán acuerdos favorables siempre al Perú más que cualquier otro país con el que firme dichos acuerdos, lo cual es naturalmente. Por eso creo que no hay que estar tan pesimista como el ilustre escritor peruano. Aunque siempre puede uno equivocarse. Esperemos los acontecimientos… No hay que olvidar que el mayor problema que tiene Perú es con Chile para resolver de una vez por todas el conflicto territorial incluyendo a la misma Bolivia. Aún pienso contrario a lo que muchos piensan que de allí pudiera surgir una nueva relación de los tres países. Pero no nos adelantemos a los hechos.