No cabe duda de que Obama es un prodigio político-un "wonder kid" de esos hombres o mujer (Juana de Arco en Francia o Judit en Israel) que Dios envía cada cierto tiempo a la Tierra para salvar la humanidad. Y no necesariamente santos o sabios pero sí hombres determinados y sobretodo bien intencionados. Churchill o De Gaulle que salvaron a Europa de las garras de Hitler con Roosevelt o Gorvachov que terminó la guerra fría o Juan Pablo II que nos salvó del Stalisnimo criminal. Por algo Saramago el gran escritor premio Nobel de literatura dijo que no se explicaba de donde había salido ese fenómeno que hablaba de justicia y equidad en un mundo tan corrupto como el nuestro.
Su último discurso en la Universidad de Georgetown constituye una lección magistral de economía digno también de un premio Nobel por su absoluta claridad y sensatez. Pero por supuesto a sus enemigos sobre todo de la ultra derecha en su propio país le rechinan los dientes de furia por sus éxitos recientes y sus adversarios políticos de la izquierda no saben que hacer con él. Por ejemplo Fidel Castro confundido por esa medida tan amistosa hacia el pueblo que la ha acogido con verdadero júbilo pues comprenden que es el principio del fin sin mayor alharaca ni ruido de sables. En cuanto a Chávez y comparsa no se lo que harán tal vez deciden no ir para evitar enfrentarse a un hombre que no amenaza a nadie lo que constituye la mayor amenaza de todas pues Obama encarna aquel precepto evangélico de: "mansos como palomas y astutos como serpientes". Y si no aceptamos el precepto evangélico podemos quedarnos con el consejo maquiavélico de: "feroces como el león y sagaces como el zorro". Sea lo que fuera este hombre de padre africano y madre norteamericana criado en Indonesia y Hawai y educado en Harvard está dejando una impronta única y especial en nuestro mundo. Habrá que escucharlo y sobre todo protegerlo de las acechanzas del demonio o mejor dicho demonios porque siempre son legión.
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