LA CAIDA DE ÍCARO #39

Cuenta la leyenda de la mitología griega que el joven Ícaro quiso una vez desafiar al dios Apolo (el Sol) y se hizo unas alas de cera para volar; desde un promontorio junto al mar se lanzó intrépido y alcanzó gran altura con sus alas de cera pero al avanzar el dia el calor se hizo más fuerte hasta que sus alas se derritieron e Ícaro se precipitó al mar. Por otro lado los antiguos emperadores romanos al entrar en Roma triunfantes llevaban siempre un heraldo por delante con la divisa que decía: "Sic Transit Gloria Mundi", que les recordaba que no eran dioses sino mortales. Divisa que luego adoptaron los pontífices romanos para sus exequias.

Toda gloria humana es por definición efímera o sea que dura un día como la flor del campo. El problema es que los que adquieren fama muy rápidamente y ascienden a las alturas como artistas, autores, deportistas, modelos e incluso políticos se olvidan de que la gloria es efímera. Incluso Michael Jackson no era precisamente joven al morir como tampoco lo era Elvis Presley al que tanto me recuerda cada uno desde luego en su forma particularismo de cantar y bailar. Ambos sin embargo son dos genios del espectáculo que cambiaron el panorama del mundo del espectáculo.

Es indudable desde luego que Michael Jackson fue un artista extraordinario aparte de sus inclinaciones y gustos particulares que no nos incumbe propiamente juzgar en este momento. Tal vez su mayor error porque no podemos hablar de pecado haya sido como lo han señalado ya diversos comentaristas en haber despilfarrado su inmensa fortuna en mantener una imagen que ya no le correspondía al hacer lo que pudiéramos llamar una "travestía" de su cuerpo, piel y sobre todo su alma. O sea que perdió su identidad, su autenticidad al negar sus raíces profundamente negras lo que no ha hecho ni su hermana Toya ni menos el Presidente Obama. Tal vez no aprendió la lección que si mal lo recuerdo solía ser un lema en los años 70: "Black is beautiful". Los antiguos trágicos griegos tenían una palabra que era la clave de sus obras: La llamada "Hubris" que significa engreimiento o endiosamiento castigado luego por los dioses con la némesis. Eso no quita que Michael Jackson seguirá ocupando un puesto relevante en el firmamento de las grandes estrellas del espectáculo en el mundo entero.